Siempre tratamos de mantener una mente positiva, pero ¿sabemos realmente el impacto que esto genera en nuestra salud?. Al escuchar la entrevista que le hicieron a el Dr. Bruce Lipton: “Los pensamientos curan más que los medicamentos”, enseguida podemos comprender lo importante que puede ser mantener una actitud positiva.
En uno de sus experimentos colocó una célula madre que en tan solo una semana se duplicaron a 50.000 células. Una vez que tenía todas estas células genéticamente idénticas, las dividió en 3 secciones y a cada sección le cambio ligeramente el ambiente. Esto generó tres tipos de células diferentes, ya que cada uno se adaptó y respondió al ambiente en donde se desarrollaron.
Lo curioso del experimento fué que al colocarles hormonas de crecimiento y felicidad (melatonina, serotonina) las células se abrieron y se reprodujeron rápidamente. Pero al colocarle hormonas que activaban el estrés (cortisol) enseguida se cerraron y se bloquearon, sin permitir ningún tipo de crecimiento o transformación. Esto es exactamente lo que pasa con nuestras emociones y nuestra salud. Cuando vivimos en un ambiente negativo y lleno de estrés nuestras células enseguida se bloquean, sin permitir ningún tipo de crecimiento o sanación, lo que a largo plazo conlleva a enfermedades y depresiones crónicas. En cambio, si nos enfocamos en pensamientos positivos, en vivir una vida sana y en un ambiente saludable, automáticamente nuestras células se van a regenerar, reproducir y crecer para vivir en salud y felicidad. Nuestras células literalmente se abren o se cierran al cambio, dependiendo de nuestras emociones, pensamientos y entorno.
Cuando pensemos en cosas negativas, cuando estemos cerrado a un cambio, recuerda el mensaje que le estamos enviando a nuestras células y como esto se puede transformar en enfermedad o en salud plena.
Esta en nosotros decidir cual camino preferimos llevar.